Carta oberta als membres del Comitè Central de Comunistes de Catalunya
MANUEL DELGADO
El antropólogo Manuel Delgado es un comunista histórico, militante al PSUC desde el año 1973, y después a Partic Comunista de Catalunya. Ahora era a Comunistas de Cataluña, el principal grupo de EUiA. Sus opiniones cada vez eran más cercanas a la CUP, y de hecho Delgado ya hace tiempo que se mostró abiertamente independentista. Pero ha sido el voto contrario de Cataluña Sí Que Puede en la declaración de soberania, lo que ha hecho derramar el vaso.
Queridos camaradas, queridas camaradas:
Bien es verdad que soy un hombre de ideas políticas rudimentarias. Fue más por instinto de clase que por convicción ideológica que empecé a militar a las Juventudes Comunistas el 1973, cuando tenía diecisiete años. Desde entonces, no me he perdido ni un solo combate social y siempre en primera línea, en la calle. Me ha tocado pasar por comisaría diversas veces -la primera el 1973, la última el 2007-, me han apaleado, he tenido que afrontar un consejo de guerra, he sufrido la prisión. Todo esto lo he hecho sintiéndome siempre muy orgulloso de mi militancia comunista, porque los y las comunistas me ofrecían una lección permanente de firmeza, valentía y generosidad.
Por eso me he mantenido fiel al PSUC, porque, con todas sus equivocaciones, su gente era protagonista de una tradición gloriosa de lucha y abnegación revolucionaria a la que no podía ser desleal.
La historia y nuestros errores no nos han permitido recuperar aquella grandeza histórica de la que participé durante la resistencia antifranquista, pero he creído que esta no era una razón para renegar del que siento y pienso, básicamente porque, como decía José Martí, yo también "soy esclavo de mí edad y mis doctrinas". En nombre de esta fidelidad a la vieja tradición comunista la he seguido allá donde creía que se encarnaba, últimamente en el PCC y ahora en Comunistas de Cataluña.
En nombre de esta fidelidad de más de cuarenta años he asumido como propios nuestros errores. He soportado nuestra complicidad con la represión de Joan Saura contra los movimientos sociales y con la destrucción de la Barcelona popular y su entrega al más brutal neoliberalismo. En esta última etapa, no he entendido cómo podíamos desaprovechar la oportunidad irrepetible de participar y aun contribuir a orientar acontecimientos trascendentees que implicaban un auténtico proceso de ruptura democrática, un proceso que habíamos repetido que deseaban y ante el cual, ahora que lo teníamos a un palmo de las narices, nos arrugamos, incapaces de entender lo que pasaba y menos de intervenir para reforzar su vertiente más social.
Pero ni los servilismos ni las pusilanimidades me hacían perder la esperanza de que en algún momento tomaríamos conciencia de la importancia extraordinaria de la dinámica histórica en que nos encontrábamos inmersos y recuperaríamos algo de nuestra vieja audacia a la hora de analizar la realidad y pasar a la acción para cambiarla.
Lo que no me imaginaba es que acabaríamos siendo un obstáculo por la historia y ni en el peor mal sueño podía figurarme la pavorosa imagen de esta mañana en el Parlamento: nuestros diputados votando codo con codo con los herederos del franquismo, que es el que tantas veces hemos repetido que es el Partido Popular, ni tampoco con los disfraces posmodernos de la "España una, grande y libre" que es Ciutadans.
En fin. En estas condiciones está claro que no puedo continuar militante a Comunistas de Cataluña. Por favor, aceptad mi baja y mi dimisión como miembro del Comité Central. Un abrazo especial a los y las camaradas de la Célula Ramon Casanellas, en nombre de los grandes momentos de lucha y amistad vividos juntos.